Empieza la cabalgata, todo bien hasta que aparece un grupo de guardias reales montados a caballo. Las lágrimas inundan mis ojos; decenas de caballos de mirada triste con muestras de nerviosismo, sed y cabizbajos. La grandeza de estos équidos queda aplastada, son esclavos al servicio de los humanos.
Qué decir, han sido muchas las críticas a esta cabalgata 2016 de corte más laico que religioso, pero sin lugar a dudas mi mayor crítica es que me siento engañada: mucha propaganda de una cabalgata sin animales y me encuentro viendo en primera persona a esas pobres criaturas inocentes asustadas ante tanto ruido y tumulto de personas y me cuestiono ¿De verdad se piensan que esos caballos están preparados para eso? Los caballos son unas criaturas muy sensibles y bajo ningún concepto veo justificada su utilización en un evento de ocio.