¿Sientes que pierdes el tiempo y deseas optimizarlo? Si eres de los que piensa que el reloj corre más que él, vas por buen camino para orientar tu conducta a la máxima productividad. El esfuerzo, la constancia y sobre todo el entrenamiento de la voluntad son aspectos clave para ello.
En este artículo te dejo algunas estrategias para gestionar tu tiempo de modo efectivo y conseguir tus objetivos con eficacia.
1. El entrenamiento de la voluntad
La pereza es la enemiga de la ciencia. El que quiere pone interés, y el que no, pone excusas.
Para lograr la máxima productividad en tu vida diaria, has de grabarte a fuego las anteriores palabras. Lo primero para poder, es querer. Olvida la pereza y ponte manos a la obra para trabajar en lo que deseas.
La voluntad es el mayor catalizador del éxito, pues hace que el individuo se mueva en la dirección precisa para lograr sus objetivos. Para que la voluntad sea una estrategia de gestión del tiempo válida, debes reflexionar sobre tu propósito de vida, y establecer unos criterios que orienten tu conducta.
¿Cómo se entrena la voluntad?
- Con constancia, paciencia y perseverancia.
- Con el fortalecimiento del carácter, el dominio de los impulsos y el control horario.
- Con la rutinas: a través de ellas se llega al hábito, por lo que, cuanto más se trabajen buenas pautas de comportamiento, mayor será la probabilidad de automatizar aquellas que llevan a la excelencia.
- El lenguaje es esencial para la voluntad: siendo realistas, pero con ambición positiva, eliminando los "no puedo", sustituyendo los "qué pereza", por "¡menudo reto tan interesante!".
- Manteniendo sano cuerpo y mente. El ejercicio mental y físico resulta esencial para el entrenamiento de la voluntad.