miércoles, 22 de julio de 2015

Ser maestro (que no profesor)

En esta vida, bajo mi humilde punto de vista hay tres grandes profesiones necesarias para la humanidad; médico, comerciante y maestro. El médico cura y nos permite vivir en unas condiciones óptimas, el comerciante nos posibilita el acceso a comida, ropa y otros enseres necesarios para la supervivencia personal y el maestro enseña a vivir, a leer, a escribir, a sumar, a restar y un largo etc que hará del individuo un ser independiente y capaz de afrontar los retos que se le pongan por delante.

El buen maestro no es aquel que llega por las mañanas al aula y dice a sus alumnos lo que tienen que estudiar para un examen, no es aquel que enseña a memorizar ni el que obliga a permanecer inmóvil en un pupitre fijando la mirada hacia el encerado.

Ser maestro difiere mucho de ser profesor, muchas personas usan estas palabras como sinónimo sin darse cuenta de que, en realidad incluso pueden ser consideradas antónimos. Aquel que se autodenomina profesor se está definiendo como aquel al que hay que seguir, según la RAE, este término significa "persona que ejerce una ciencia o arte" y etimológicamente proviene del latín "proffesor" cuyo significado es "Declarar en público" mientras que el término "Maestro" proviene del latín "magister" y significa "El que está más experimentado en una actividad cualquiera y por eso dirige".

El maestro enseña a sus alumnos a pensar por sí mismos, a ser autónomos y a aprender basándose en los intereses del individuo.



No resulta complicado encontrar buenos maestros en las clases de infantil pero, una vez superado este nivel educativo, pasamos a primaria y lo que observamos son profesores que un día fueron maestros y que se sometieron al sistema; cogen su silla, se ocultan tras una gran mesa, abren el libro de historia, matemáticas, lenguaje... y se ponen a recitar como si de loros se tratase. El tema se pone aún más feo según escalamos en el nivel educativo; profesores desmotivados con los chicos de la ESO, personas que estudiaron una carrera para enseñar y acaban dando clases de bachillerato en un instituto y que odian a sus pupilos, docentes de universidad que ni tan siquiera aprendieron lo que el término maestro implicaba... ¿Qué nos está pasando?

Antiguamente, un maestro era alguien respetado, tanto por sus alumnos, como por la sociedad. En la actualidad, el maestro no es más que un trabajador que ha perdido importancia y reconocimiento en la comunidad con la consecuente desnaturalización de la profesión. Cuando un chico o chica joven no sabe qué estudiar, o su nota de acceso a la universidad es mala, opta por entrar al grado en magisterio o hacer una carrera "fácil" para ser profesor (que no maestro), cobrar un sueldo "decente" y tener muchas vacaciones.

Ser maestro es ser el ejemplo para muchas vidas, es cambiar realidades, definir mentalidades, construir sueños y orientar los ideales. Ser maestro es saber escuchar y que te escuchen , saber enseñar y saber aprender en todo momento, de todas las personas y situaciones. Es no dejar de sorprenderse y emocionarse con los progresos de los alumnos. Ser maestro es dar ladrillos para crear un presente mejor que repercuta en un futuro más ético. Ser maestro es enseñar matemáticas, lenguaje, conocimiento del medio, inglés... pero sobre todo, es educar en el respeto, en la empatía, y en la amistad. Es enseñar a enfadarse, a amar, a frustarse y a superar obstáculos de la vida.

Un día, mientras comenzaba mis estudios de Educación Infantil, vino un profesional de la psicología para darnos unas pautas y sobretodo para motivarnos, nos dio un papelito para escribir los motivos por los cuales nos queríamos dedicar a la educación que decía más o menos lo siguiente (yo lo he modificado un poco porque es una de mis frases guía); "Tienes todo el derecho del mundo a querer ser maestro, pero debes saber por qué y para qué" y tenías que poner los motivos por los que tú querías dedicarte a esta profesión, yo escribí "Me quiero dedicar a la educación para cambiar vidas", "para poner mi granito de arena en la construcción de un mundo mejor" y "para plantar semillas que un día broten con fuerza" y es verdad, que por utópico que parezca, pienso esto, pero también he de reconocer que es porque me gusta, me encanta. No me gustan los niños como tal (a ver a todo el mundo le gustan pero igual que pueden gustarte los gatos) a mi me gusta educar y creo, que es la clave para ser un buen profesional en este sector.

Tiene gracia porque, en un principio, un poco sometida a la presión social, al qué dirán y a mi propio pensamiento distorsionado por los comentarios de amigos, conocidos y familiares, comencé estudiando veterinaria (Con una nota de corte de 11,055 "debía meterme en una carrera de ciencias y catalogada como difícil"), pero no estaba feliz, me equivoqué porque me gustaban los animales, los amaba, pero no me gustaba la veterinaria.
Ya había trabajado con niños con anterioridad y el tiempo se me pasaba volando, me encantaba enseñar y me lo pasaba muy bien, pero por unas cosas u otras, me costó desenmarañar mis creencias y aspiraciones vitales hasta encontrar mi verdadera vocación; enseñar.

Me entristece pensar que muchos estudiantes eligen esta profesión por pensar que es algo sencillo o simplemente divertido y que no se paren a pensar en la gran importancia de la misma. Por eso siempre que me encuentro con alguien que se quiere dedicar o que se dedica a la educación, le digo que para ser maestro o educador no basta con decir "me gustan los niños" tienes que sentir que te apasiona la educación, esta es la clave de un éxito garantizado para ti mismo y para los que son o serán tus alumnos.

Si eres maestro o quieres serlo debes tener claro que tu eres el instrumento mediante el cual se definirá el progreso, que serás el protagonista de muchas vidas y que para estas vidas serás su modelo a seguir.

El mundo necesita buenos maestros.

A continuación puedes ver un vídeo de siete minutos que expresa a la perfección lo que implica ser maestro y el verdadero sentido de la educación:



Si te ha interesado este artículo, te recomiendo visitar los siguientes enlaces:

- "La clave para ser un buen maestro". Autora: Sandra Gallego Ramirez.
    Link: http://www.csi-csif.es/andalucia/modules

- "¿Qué cualidades debe tener un buen maestro?" Blog "Conectados" Autor: Martín Vicente Lozano.
    Link: http://blog.smconectados.com/2012/12/18/que-cualidades-debe-tener-un-buen-maestro/

- "Educación para todos los niños". UNICEF
    Link: http://www.unicef.es/infancia/educacion-para-todos-los-ninos

Así mismo, te recomiendo ver las películas "La lengua de las mariposas" dirigida por José Luis Cuerda, "Hoy empieza todo" dirigida por Bertrand Tavernier y " La ola"dirigida por Dennis Gansel.


Soraya R. Oronoz

2 comentarios:

  1. No puedo estar más deacuerdo. En esta profesión se ha de tener en cuenta que muy probablemente muchos de tus alumnos te recordarán a lo largo de su vida, y por ello debes ser un buen ejemplo para ellos. Recuerdo que en Bachillerato había un profesor de matemática, el cual tuve la suerte de no tener en mis clases, que también daba clases en la universidad. Era un hombre que con sólo cruzarte con él por los pasillos, notabas su tirantez y, seguramente, su estrés. Daba sus clases en el instituto igual que en la universidad: llegaba, explicaba el temario, ponía ejercicios y se marchaba. Ni un mínimo de miramiento por sus alumnos. O al menos era lo que se decía. Casi todos mis compañeros suspendían. A mí me sirvió como ejemplo de lo que NO debe ser un profesor. Veré las pelis que recomiendas ;)

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    1. Hola Ana, lo que comentas respecto a ese profesor de matemáticas es el claro ejemplo de alguien que eligió mal su profesión. Las consecuencias de un mal educador pueden repercutir de una manera muy significativa en la vida de sus alumnos y en su futuro.

      Yo, tuve la suerte de tener un gran maestro que me mostró mis virtudes y me hizo creer en mi misma. Siempre le recordaré como un héroe, con su boca sonriente, sus ojos atentos y su corazón volcado en lo que de verdad es la educación.

      Soraya R. Oronoz

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