sábado, 13 de abril de 2019

Las palabras como herramienta didáctica

Tras la ponencia en el centro de formación D`Arte de Frank Pucelik uno de los creadores del Programación Neurolingüística (PNL) me ha surgido la idea de extrapolar el trabajo que este gran pensador lleva a cabo con soldados con estrés postraumático a la práctica educativa para reducir las tasas de abandono escolar en edades tempranas.

Al igual que el individuo tal como sostiene Pucelik, llega a perder su “humanidad” cuando se ve sometido a la realidad que una guerra comporta y a la consiguiente pérdida de valores, que suele desencadenar actitudes que cuesta reconducir para la posterior integración en su entorno social de pertenencia, los alumnos cuyos vínculos de apego resultan inseguros o desorganizados podrían perder esa “humanidad” que les lleve al deseo de ser educados, y haciendo que su desenvolvimiento social se vea limitado.





Pucelik & Oronoz. Conferencia sobre PNL.

Centro de formación D`arte

Educar a través del lenguaje verbal


El efecto de profecía autocumplida y el efecto halo son algunas explicaciones que podríamos dar a que aquel que ha sido etiquetado  desde niño como “vago”, “incapaz”, “malo” y más barbaridades que se escuchan a diario entre las miles de palabras que los adultos suelen decir acerca de los pequeños y pequeñas en el día a día y que condicionan en gran manera la cosmovisión que estos individuos desarrollarán.

Es preciso que el que pretende educar tenga en mente las dificultades que puede estar pasando el protagonista de la enseñanza y por lo tanto tendrá que lograr recuperar esa “humanidad”; ese deseo de aprendizaje, de saberse y hacerse persona en sus respectivos alumnos y alumnas.

No solo hace falta creer en aquel que dejó de hacerlo o que inclusive nunca sintió que nadie creyera en él o ella, hay que hacérselo saber a través de nuestro lenguaje. El poder de las palabras es tal que no solo cambia el mundo de la persona en cuestión, sino que cambia a todos los que la rodean y por ende al planeta en su globalidad.

Yo sé que puedes, eres capaz, confío en ti, vales mucho, te quiero de modo incondicional, te respeto… Son conceptos basados en palabras que empoderan, y es que el lenguaje estructura nuestro cerebro, y en consecuencia moldea nuestros pensamientos, y conductas. Somos lo que decimos y  esto, sobre todo en una sociedad como la nuestra, en pleno siglo XXI parece que se está olvidando.

Si nos comunicamos con violencia acabaremos siendo violentos, en caso de verbalizar palabrotas estaremos ofendiendo y a la vez ofendiéndonos, si hablamos de los demás mal acabaremos siendo lo contrario a buenos y si nos auto-indicamos que no valemos acabaremos por creérnoslo y adaptaremos nuestra forma de actuar a esas palabras que en un principio podemos pensar que no son tan importantes.
Time For A Change, New Ways, Letters, Words, Font

Creencias, valores y hábitos


Personajes como Gandhi o Jesús tenían comportamientos consistentes. Las creencias y los valores llevan a poner en práctica hábitos y todo se inicia a través de la observación, todo ello está mediado por las palabras y es que, no debemos olvidar que las creencias empiezan por las palabras, nuestro mundo se organiza en conjuntos de letras que unidas evocan un significado y conducen a un modo de vivir y de experimentar la existencia.


El educador es responsable de emplear un adecuado lenguaje que lleve al discente a alcanzar su máxima plenitud humana en consonancia con unos valores prosociales que faciliten su desenvolvimiento en el medio y la consecución de una vida buena enmarcada en un modelo sostenible, que tenga como fin último la felicidad tanto individual como interindividual.

 Los humanos ordenamos nuestro mundo entorno a conceptos que “dibujamos” en nuestro cerebro en forma de imágenes a las que ponemos palabras para facilitar su comprensión, asimilación y almacenaje.

Podríamos hablar mucho sobre Programación Neurolingüística (PNL), aunque al no ser el objetivo de este artículo simplemente concluiremos lanzando la siguiente cuestión ¿Programas a tu cerebro para lograr ser quien quieres ser? ¿Empleas un lenguaje que maximice las posibilidades de tus alumnos y/o alumnas?

Por el mero hecho de hablar estamos educando y educándonos. Las palabras son puntos de referencia que estructuran nuestro mapa mental y nuestro mundo. El poder de las palabras es inmenso y ante tal poder únicamente podemos actuar con compromiso para con nosotros mismos y para con nuestros discentes. 

Los maestros enseñamos millones de cosas, pero sin duda lo primero y último en lo que hemos de instruir es en el ser, en ayudar a las personas a saberse y sentirse humanas y esto no puede hacerse si no es empleando la lengua como medio para este fin, sabiendo que es el lenguaje humano una de las principales características que nos diferencia de las demás especies y que nos hace singulares, racionales y sobre todo responsables de la propia felicidad a nivel individual, social e inclusive superando las barreras interespecie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario