martes, 20 de enero de 2015

No mentirás

Una de las grandes lecciones que hemos memorizado a lo largo de nuestra etapa educativa y vital es que mentir está mal pero...¿lo hemos aprendido?¿realmente está mal mentir?

Cuando alguien miente, trata de ocultar la realidad de forma intencionada. Las razones para mantener una mentira pueden ser muy diversas cuando se está en plenas facultades mentales.
Nos enseñan que mentir está mal, pero nos están mintiendo cuando nos dicen esto, o mejor dicho, nos están ocultando parte de la verdad, lo cual, puede ser considerado por muchos una mentira. 

Mentimos cuando nos sentimos culpables, avegonzados, tristes, ansiosos, desesperados, atrapados, desilusionados, etc. También mentimos para no hacer daño a personas de nuestro entorno e incluso nos mentimos a nosotros mismos para poder afrontar los retos a los que debemos enfrentarnos.

La mentira, está considerada como algo malo, sucio e inmoral pero, en muchas ocasiones, no es más que una manera de escapar de una dolorosa realidad.
El enfermo terminal, rara vez asimilará que va a morir y, tratará de idear falsas esperanzas para mantener una pequeña luz entre un camino de niebla y terror. El que pierde a un familiar será capaz de confiar en que está en el cielo aún sin saber empíricamente si esto es real.

La mentira, forma parte de nuestras vidas y no deja de ser algo admirable de la naturaleza humana. Nuestro cerebro trabaja sin cesar para que su carcasa (el cuerpo) pueda seguir en movimiento, para que sus engranajes puedan encajar y seguir con la energía necesaria para la mayor empresa existente: la vida.

 Lo ideal sería, que consiguiéramos vivir de acuerdo con nuestras emociones, nuestros sentimientos y nuestras acciones para no tener que mentir ni mentirnos ya que esto, por lo general crea malestar al propio individuo.

Creo que la cuestión no está en enseñar a no mentir, si no, en enseñar a decir la verdad y a no avergonzarse de ella. No obstante, pienso, que toda mentira está justificada si su fin es beneficiar a otra persona. En cuanto a lo de mentirnos a nosotros mismos, he de reconocer, que es un tema complicado porque, en situaciones de crisis (económicas, sociales, amorosas, emocionales...) no es sencillo pararnos a evaluar lo que está ocurriendo tras esa mentira. Creo, que lo mejor de las mentiras es descubrir que hay detrás de ellas, sobretodo, cuando el implicado es uno mismo.

En fin, la vida no es más que un cúmulo de lo que un día fueron mentiras o sueños que se convirtieron en verdad.

La mentira duele, pero a veces, es un arma eficiente para los que viven una verdad insoportable.

Ojalá las personas y en general la sociedad tuvieran que mentir menos porque eso sería un claro signo de bienestar.

Y tú, ¿qué opinas sobre la mentira?

Soraya R. Oronoz

4 comentarios:

  1. Buena reflexión. Estoy de acuerdo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gustavo, muchas gracias por compartir tus impresiones sobre el artículo.
      Las aportaciones de los lectores son muy importantes para seguir mejorando.
      Me alegro de que te haya parecido una buena reflexión.

      Un saludo.

      Soraya R. Oronoz

      Eliminar
  2. Buen articulo, en mi opinión la mentira siempre ser mentira y nunca trae nada bueno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Andrés, respeto tu opinión pero creo que todos en un momento dado hemos mentido, bien por ocultar algo de lo que no nos sentíamos orgullosos o por no hacer daño a otras personas. No obstante lo ideal sería no tener que ocultar la verdad ni avergonzarnos por ella, de ese modo, seríamos más sinceros y menos mentirosos pero siempre existirán casos en los que la mentira sea la vía de escape de muchos que no tienen otra opción.

      Eliminar