sábado, 7 de febrero de 2015

Enseñar a amar, simbiosis entre naturaleza y humanidad

Es sencillo enseñar a leer, a escribir, a contar, a conocer la historia de nuestros antepasados, etc, pero no resulta tan fácil hacer que los niños aprendan a amar.

Amar implica apreciar, respetar, sentir y cuidar. En las escuelas parece dejarse bastante de lado este tema ya que no entra en el currículo y es realmente complicado encontrar profesionales capaces de transmitir la pasión por amar. Amar es conocer y dejarse sorprender.

Relacionamos el amor con las relaciones interpersonales pero esto no debería ser el único ejemplo al que aplicar este fenómeno.
Si transmitimos a los más pequeños a sentir amor por su entorno estaremos propiciando la existencia de ciudadanos concienciados con la naturaleza, con la sociedad y consigo mismos.

Creo que en educación hay un gran handicap y es que enseñamos muchas cosas pero no enseñamos a las personas a guiarse por su intuición. Únicamente conseguiremos que los individuos se desarrollen completamente si dejamos de enfocar el panorama educativo exclusivamente en el humano. Nuestra especie es importante, claro que sí, pero también lo son los vegetales, los animales, el aire, el agua, los minerales... una sola asignatura denominada "conocimiento del medio" no es suficiente para que el humano se abstraiga de su mente antropocéntrica y sea capaz de tocar con sus pensamientos el valor de cada criatura y cada partícula que pueblan la Tierra.

Un mamífero no es más que un insecto ni un insecto es inferior a un ave. Los libros muestran clasificaciones como "animales superiores" y "animales inferiores" ¿quién es el hombre o mujer capaz de etiquetarse como el ser supremo?


Educamos a los niños a pensarse el centro del universo, la especie elegida y superior al resto, pero no les enseñamos a comprender que sin todo lo que le rodea su existencia sería imposible.
Luego nos extrañamos de que las personas no reciclen, de que derrochen agua, luz, comida... de que no sean responsables con su entorno y esto simplemente radica en una incomprensión de lo que el resto de lo que no son humanos implican en la humanidad.

Eduquemos en una consciencia real y pragmática para conseguir un mundo equilibrado que no sea víctima del desconocimiento de nuestra propia especie.

Podemos hacer muchas cosas buenas, solo tenemos que interiorizar que es realmente necesario y que podemos aplicar nuestra inteligencia para un desarrollo sostenible real, con todo lo que ello conlleva. Para conseguir esto, debemos cambiar de mentalidad y valorar a nuestros semejantes tal como a los que no se nos parecen tanto.

La naturaleza no entiende de racismo y por supuesto no concibe el especismo, esto son conceptos ideados por hombres y mujeres con carencias en valores. ¿No crees que es hora de eliminar estas palabras de nuestro vocabulario?

Los problemas humanos son ínfimos si los trasladamos a la escala global de nuestro planeta. Los problemas causados por los humanos son devastadores a escala mundial.

Quiero escuchar noticias buenas, que hablen de algo parecido a una especie de simbiosis entre el ser humano y el resto de la realidad natural, en la que cada parte reciba algo y en la que ninguna de ellas perjudique a la otra.

En el momento en que comprendamos que no somos más que un gusano, las fronteras de la igualdad se abrirán. Somos diferentes pero en la diferencia radica la vida.

Tenemos la obligación moral de trasladar estos pensamientos a las mentes infantiles pero también debemos hacer que los adultos los amolden a su cerebro y hagan honor de su gran capacidad mental.

El mundo puede ser un lugar mejor para todos si sabemos posicionarnos como corresponde y no por encima de la escala natural.

Soraya R. Oronoz


4 comentarios:

  1. Se ve que sientes lo que escribes amiga, me gustan mucho tus palabras y tu forma de ver el mundo :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En efecto Andrés, escribo lo que el corazón me dicta, tratando de abandonar todos los prejuicios de los que nos dota la sociedad de la deshumanización actual.

      Eliminar
  2. Gran verdad, si enseñamos a los más pequeños a convivir con igualdad hacia cualquier ser del planeta, sera más fácil poder concienciar a el ser humano de que no son el centro del universo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si enseñamos al ser humano a no sentirse el centro del universo, este será capaz de amar y respetar a todos sus congéneres :)

      Un saludo Fri Disseny y gracias por tu aportación.

      Eliminar