jueves, 23 de julio de 2015

"Los niños valientes no tienen miedo"

El miedo es una emoción básica, por lo que se presupone como algo innato y evolutivo. En sus orígenes, esta emoción tenía un claro significado para la supervivencia y la adaptación al medio de los individuos.

El miedo, tanto en humanos como en animales parece derivar de algo repentino y peligroso que pone en alerta al sujeto provocando una conducta de huida. Se considera como un estado emocional negativo o aversivo con una activación muy elevada que incita la evitación y el escape de las situaciones que amenazan la supervivencia o el bienestar del organismo. No debemos olvidar, que sentir miedo es una señal emocional de advertencia de que se aproxima un daño físico o psicológico por lo que no debemos ignorarlo.

No obstante, en la actualidad, en lo que respecta a nuestra especie, me atrevería a decir que el miedo puede ser considerado en gran parte como una emoción aprendida ante lo que le asusta a otras personas. Fobias, ansiedad, estrés ¿os suena? en muchos casos no son más que el resultado de la exposición a estímulos ante los que nos han enseñado que debemos estar alerta.

Estoy segura de que el miedo, en gran parte se aprende, bien sea por imitación, por exposición o por otros factores. El claro ejemplo de lo que estoy hablando se escenifica en un estudio que se llevó a cabo con niños que habían sido educados para tener aversión a las ratas y otros que no. Se les expuso ante estos animales, los infantes que no habían recibido información negativa sobre las ratas, las acariciaban sin temor alguno, mientras que los que habían sido educados en que este animal "da miedo y asco" se ponían a llorar y mostraban una conducta de huida.


No sorprende leer informes y estudios psicológicos que demuestran el aumento de miedos y fobias en la edad adulta. Sólo tenemos que recordar como años atrás eramos más atrevidos y menos temerosos. El aprendizaje nos enseña lo bueno, lo malo y nos instruye en lo que puede ser peligroso para nuestras vidas y que por tanto debemos evitar, a esto, hay que añadirle el temor a la muerte como algo horrible que se materializa de forma impresionante pasada la adolescencia (obviamente en la etapa infantil y juvenil también aparece este miedo).

No me voy a adentrar demasiado en este tema a nivel científico, ya que no es mi intención y puedes ver muchos artículos sobre este tema a través de internet, en revistas o libros especializados.

Lo que pretendo es que todas las personas implicadas en el proceso de enseñanza- aprendizaje sobre todo en la etapa infantil, sean conscientes de esto y traten de evitar transmitir estímulos e información inadecuada a fin de evitar fobias y miedos sin ningún valor adaptativo en nuestros días que puedan suponer un problema para el desarrollo y vida de los niños.

No debemos rechazar el miedo, sentirlo no es malo, no es de "personas frágiles" si no algo meramente adaptativo pero, hemos de reflexionar sobre nuestros verdaderos miedos, los miedos aprendidos y los miedos "imitados".

Si eres padre, madre, abuelo, hermano, maestro, educador...enseña a aceptar el miedo, pero no a sentirlo, por que tus miedos, son distintos a los míos y los míos distintos a los de otra persona.

La etapa de 0 a 6 años está catalogada como la más importe en la creación del autoconcepto, de personalidad en general y también de los miedos por lo que nuestra labor es controlar nuestros miedos aprendidos e infundados a fin de no "contagiarlos" a los más vulnerables. Hacer ver que también sentimos miedo pero transmitiéndolo como algo necesario y no como algo negativo.

"No tienes que tener miedo" ¿cuántas veces habéis oído estas palabras de la boca de un profesor, de un familiar o de un amigo? "Los niños valientes no tienen miedo" ¡Pues claro que tenemos que tener miedo! no por eso somos más débiles pero debemos saber que miedos son propios y reales, admitirlos controlarlos y eliminar aquellos que no nos sirven para nada.

Haz que el miedo permita vivir, no que este paralice vidas.

A continuación pongo un breve vídeo protagonizado por Silvia Álava (psicóloga infantil) sobre "qué no hacer cuando un niño tiene miedo":


Si te ha gustado este artículo te recomiendo visitar los siguientes enlaces:


- Blog "Tiempos de reflexión". Autor: Federico Campbell.

- "Emociones innatas y adquiridas - blog Naturpsico" Autor: Christian Pérez.

- "Miedos y temores en la primera infancia (0-6 años)" Autora: Berta Ponce Martín.


Soraya R. Oronoz

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias a ti Blanca Lafarga. Es un placer compartir mis pensamientos con lectores como tú.

      Un saludo;

      Soraya R. Oronoz

      Eliminar
  2. Cierto. Yo creo que el miedo en sí es innato como tú bien dices, gracias al instinto de supervivencia con el que nacemos. Esto hace que el miedo en el niño sea necesario para actuar con precaución en determinadas situaciones. Pero también es cierto que los mayores, que la sociedad en general, con el afán de proteger a los niños, los sobreprotegemos, y esto provoca que les creamos nuevos miedos. Si por ejemplo llevo a un niño al parque y le ayudo a subir y a tirarse del tubogán, le estoy transmitiendo el miedo que tengo a que se caiga, y por lo tanto él también adquirirá ese miedo a caerse.
    En este aspecto recomiendo ver el documental “Babies”.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana. Tienes toda la razón, el miedo es algo necesario para sobrevivir pero los adultos de referencia de los niños nos empeñamos en transmitir nuestros propios miedos a los pequeños, creando en ellos sensación de inseguridad que puede repercutir en la construcción de su autoconcepto.

      Veré el documental "Babies" que me recomiendas.

      Muchas gracias por tu valiosa aportación.

      Un saludo;

      Soraya R. Oronoz

      Eliminar