jueves, 19 de mayo de 2016

El efecto halo en el aula

El efecto halo es un sesgo cognitivo que consiste en generalizar a partir de una característica o cualidad de un objeto o persona, es decir, de modo coloquial podemos asegurar que es un juicio previo y que lo ampliamos al resto de situaciones.

En educación es más común de lo que se piensa esto del efecto halo; el maestro pone las famosas "etiquetas" a sus alumnos "el bueno", "el malo", "el listo"... y por desgracia, aunque esto se haga sin intención ocurre, puesto que nuestro cerebro está realizando constantemente exámenes de lo que ocurre a nuestro al rededor y de las personas de nuestro entorno. Ahora bien, el buen maestro debe conocer esta realidad y tratar de actuar de modo profesional y siendo lo más objetivo posible.

Si pensamos que un alumno es brillante nuestras propias expectativas tenderán a cumplirse ya que el niño percibirá que le valoramos y se esforzará más, así mismo el propio maestro le facilitará el acceso a lo buenos resultados sin tan siquiera percatarse.


¿Has escuchado esa frase de "Cría fama y échate a dormir"? pues lo cierto es que encierra una inmensa verdad. La mayor parte de personas se quedan con las primeras impresiones que reciben de los sujetos sin pararse a ir más allá. Es complicado cambiar esas primeras impresiones pero es estrictamente necesario, más aún en el ámbito educativo.


Los docentes deberían olvidarse por completo de etiquetar, aunque de algún modo sea inevitable. Tenemos que tener confianza en que cada uno de nuestros alumnos son especiales y los mejores en aspectos diferentes. Si no tenemos expectativas positivas hacia ellos estaremos poniendo piedras en su camino y esto ocurre desde las edades más tempranas. Sólo hay que ver cuando a un niño siempre le llaman "malo" al final acaba siendo el más malo entre los malos ¿y esto por qué ocurre? Los adultos somos de vital importancia en la creación del autoconcepto de los niños en la infancia y en la adolescencia, se verán reflejados en nuestras palabras e incluso en nuestros gestos.

Si tenemos que poner etiquetas que sólo sean positivas, "el que canta bien", "el que pinta bien"... y siempre sin comparar, porque nosotros, los docentes, padres y demás implicados en el proceso de enseñanza aprendizaje cumplimos un papel crucial en el desarrollo de la personalidad de nuestros pequeños y no tan pequeños.

No olvidemos que las expectativas tienden a cumplirse, sabiendo esto, ¡tengamos las mejores expectativas para conseguir el máximo potencial de cada individuo!


Soraya R. Oronoz

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