¿Conoces cuál es la
principal clave del aprendizaje? Entre los elementos conducentes a un proceso
de enseñanza-aprendizaje significativo se contemplan algunos como la emoción,
la experimentación sensorial, la motivación y un largo etcétera entre los que
no podemos dejar de tener en cuenta la humildad, aspecto que trataremos en este
post.
Todo conocimiento
adquirido viene precedido de la conciencia de un desconocimiento consciente en
relación a algún tema. No podemos pretender aprender sin admitir lo que
desconocemos y por ello la humildad se convierte en catalizador de
aprendizajes, en el hilo conducente hacia lo que Platón denominaba mundo de las
ideas.
La base para
aprehender, es decir, para hacer tuyo un aprendizaje radica en tener la
cualidad o la capacidad de confiar en el que sabe para instruirte, de dejarte
deleitar por los conocimientos que la humanidad ha ido adquiriendo y
transmitiendo para acabar por interiorizarlos y de este modo lograr la
introspección necesaria para generar nuevo conocimiento que delegar a las
generaciones venideras.
En la actualidad todos
los problemas en educación se pueden
resumir a grandes rasgos en la soberbia
inherente de los educandos. Los alumnos y alumnas y sus familias ya no aceptan
la autoridad del que sabe, no respetan a los maestros ni confían en ellos como
instructores. Estamos en la sociedad de la inmediatez, del querer y tener, y el
conocimiento es un arduo pero bello proceso que no puede partir sino es desde
la humildad y la paciencia.
Poco puede aprender
el que cree que todo lo sabe, y nada puede generar el que desconoce lo conocido
por sus antepasados. La humildad permite abrir la mente para construir mapas
mentales que permitan la comprensión, retención y generación de ideas,
hipótesis, y en general la conservación y el avance dentro de los amplios campos
del saber.
El niño y la niña
vienen al mundo como "tamquam tabula rasa", en la que nada hay
escrito y es a través de sus sentidos como capta lo que otros le facilitan de
modo intencionado o no. Si enseñamos a los niños a no respetar al que ha de
generar en ellos el contenido previo a sus propias disertaciones y reflexiones, jamás lograrán tener ideas propias, y alimentarán su necesidad cognitiva de saber
con aspectos vacíos que no propiciarán el avance de nuestra especie.
Enseñar a ser paciente, a esperar y a aceptar que se sabe
que no se sabe es el punto inicial para la
construcción de una sociedad con altura de miras humanas y encaminada a la
maximización de las potencialidades de cada uno de los individuos que la
conforman.
Todo maestro y maestra necesita humildad para continuar siendo la mejor versión de sí mismo en cuanto al desarrollo de su profesión docente, y han de conseguir impulsar esta cualidad en cada uno de sus alumnos y alumnas si pretenden hacer que estos disfruten de lo que aprenden, lo interioricen y lo más importante, lo utilicen en su vida diaria y puedan llegar así a elaborar nuevas líneas para la grandeza de la sabiduría humana enriqueciendo a la sociedad en su conjunto.
Todo maestro y maestra necesita humildad para continuar siendo la mejor versión de sí mismo en cuanto al desarrollo de su profesión docente, y han de conseguir impulsar esta cualidad en cada uno de sus alumnos y alumnas si pretenden hacer que estos disfruten de lo que aprenden, lo interioricen y lo más importante, lo utilicen en su vida diaria y puedan llegar así a elaborar nuevas líneas para la grandeza de la sabiduría humana enriqueciendo a la sociedad en su conjunto.
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